El Arrendatario será responsable de todo y cualquier
daño que sufra la propiedad, producto de negligencia,
mal uso y/o falta de cuidado, sea que éste emane de
actos suyos, de sus familiares, amistades, terceros o de
empleados a su servicio.
El Arrendador
será responsable de los daños y perjuicios que
se deriven de defectos estructurales, fugas, inundaciones,
filtraciones, roturas de cañerías, efectos de
humedad o calor, filtraciones de techumbres y bajadas de agua,
siempre que estos sean producto del uso normal del inmueble y
el deterioro del tiempo, y no de la negligencia del
Arrendatario.
El Arrendador no será
responsable por los daños y perjuicios, directos o
indirectos, previstos o imprevistos, que pueda experimentar la
persona o bienes del Arrendatario o de cualquier tercero,
resultantes de la tenencia, uso, goce, reparaciones,
alteraciones o mejoras del bien inmueble arrendado. Lo
anterior, en especial, respecto de las alteraciones y/o
mejoras que efectúe el Arrendatario, con o sin
autorización del Arrendador. Sin perjuicio de lo
anterior, cuando los daños y perjuicios que se causen a
cualquier tercero provengan de los deterioros o desperfectos
de los cuales es responsable el Arrendador, el Arrendatario no
deberá nada por este concepto al Arrendador, quien
será responsable de los mismos.
El
Arrendatario se obliga a soportar todas las consecuencias
pecuniarias y de cualquier otra naturaleza, provenientes de
daños causados a terceros y se obliga a reembolsar al
Arrendador, a su solo requerimiento, toda cantidad que
ésta pudiese eventualmente verse obligado a pagar, a
título de indemnización, en razón de su
carácter de propietario del bien arrendado.
El
Arrendador no responderá en caso alguno por robos que
puedan ocurrir en la propiedad, ni por los perjuicios que
pueda sufrir el Arrendatario en caso de incendios, actos
terroristas, maliciosos, producto de desórdenes y/o
fenómenos de la naturaleza, entre otros.
En
situaciones de caso fortuito o fuerza mayor, el Arrendador no
será responsable por los daños ocasionados,
exceptuando aquellos daños que se deriven de defectos
estructurales, fugas, inundaciones, filtraciones, roturas de
cañerías, efectos de humedad o calor,
filtraciones de techumbres y bajadas de agua que sean producto
del deterioro del tiempo.